Resumen prólogo “El valor de educar”
Del sistema educativo se ha esperado una contribución a la mejora cultural, social, de hábitos,… de los alumnos a la escuela. Un ejemplo claro es el papel de regeneración social que jugaron los maestros durante la época franquista y que posteriormente les supuso una represión. De igual forma, hoy en día, se espera que el sistema educativo, mas concretamente los maestros en las escuelas, jueguen este papel corrector, aunque no reciben un apoyo social, ya que se supone que quien estudia para maestro es porque no ha podido alcanzar algo mejor, ni institucional, debido a que este asunto no es de interés electoral y consecuentemente no recibe inversión de recursos.
La educación que vamos a dar va a estar condicionada por la educación que hayamos recibido, aunque se puede salir de este condicionamiento ya que la educación recibida, “por mala que sea tiene aspectos positivos que despiertan interés para hacerlo mejor”. Hay que recordar que una buena educación no tiene obligatoriamente resultados buenos.
Así mismo, la educación ha perdido hacia donde debe orientarse, ¿a educar competidores laborales o hombres completos?
La filosofía puede ser una vía para tratar de responder a estas preguntas ya que esta debe de tratar el tema de la educación.
La creación del libro viene por querer introducir el término “educación” con un significado filosófico. Se ha intentado tratar el término educación de una forma general, no específica con planes de estudios, por ejemplo.
En cuanto a la tarea de educar, la educación es optimismo, ya que esta se apoya en mejorarnos día a día.
Para finalizar, quiero explicar el doble significado de “El valor de educar”, título del libro. Primero como una forma valiosa para el individuo, segundo como el coraje que se ha de poseer para emprender tan difícil tarea.
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